Nuestra Historia

1948

Las raíces más profundas de la historia de nuestra Diócesis, debemos encontrarlas en la Arquidiócesis de Bogotá; al fin y al cabo hasta el momento de la creación como nueva diócesis, el actual territorio hacía parte de la Iglesia particular de Bogotá.

1948

Debido a los acontecimientos del 9 de abril de 1948, día conocido como el “Bogotazo” por la muerte de Jorge Eliécer Gaitán y los posteriores disturbios, la geografía urbana de la ciudad sufrió un cambio grande. Las clases marginadas económicamente, se fueron asentando en la zona sur de Bogotá, hasta extenderse a los cerros orientales y a los municipios vecinos de Bosa y Soacha. Se trataba, en ese entonces, de asentamientos nacidos sin ninguna planeación y carentes de los servicios públicos esenciales. En este momento era Arzobispo de Bogotá, el excelentísimo monseñor Ismael Perdomo.

1928-1950

A mediados de la década del sesenta y como consecuencia de la violencia política, de la crisis económica de la nación, los reajustes fiscales, el desempleo y los bajos sa¬larios, originaron condiciones infrahumanas y de real miseria para las clases económicamente menos favorecidas; se iniciaron grandes migraciones de todas las regiones del país hacia Bogotá. Buscaban refugio y nuevas oportunidades en la Capital, que los acogió con dificultades; la mayoría de personas se ubicaron en las zonas sur y occidental de la ciudad, creando un conglomerado de ciudadanos con diversidad de valores y costumbres, pero sin sentido de pertenencia. En el sector sur de Bogotá, los barrios se multiplicaron sin orden ni concierto, mientras pululaban las urbanizaciones clandestinas adelantadas sin permiso de las autoridades mu¬nicipales y carentes de servicios públicos. El alto costo de la vida y la falta de recursos originaba física hambre a los habitantes. La situación era explosiva.

1953

la presidencia de la Repúbli¬ca –por medio de un golpe militar– el general Gustavo Rojas Pinilla. Bajo su gobierno, con la ayuda del ministro de obras públicas, doctor Jorge Leyva, el país vivió una época de esplendor y desarrollo: se construyeron colegios, escuelas, puertos, carreteras, edificios públicos, autopistas, hospitales, el ferrocarril del Magdalena, el aeropuerto "El Dorado", se instaló la Televisora Nacional, se favoreció al pueblo con la labor de "Sendas", etc.

1957

Ante esa realidad social y ante el aumento de la inconformidad y marginalidad, la Iglesia quiso dar una respuesta pastoral. Es por esto que gracias a las ayudas del gobierno surgieron las "Escuelas Radiofónicas", Radio Sutatenza. "El Campesino", "El minuto de Dios", iglesias, capillas, horfanatos, hospicios, hospitales y otras muchas obras. Con este apoyo, aunque de manera muy in¬dependiente, los sacerdotes ubicados en el sur de Bogotá, los padres Eustacio Hoyos, José Gabriel Calderón, Joaquín García Ordóñez, Bernardo Sánchez y Helcías Ángel, entre otros, se organizaron y buscaron respuestas concretas a la extrema pobreza de estos barrios. Los sacerdotes perte¬necían a prestantes familias capitalinas y tenían buenas relaciones con los miembros de la Junta Militar especial¬mente con el general Navas, encargado de gestiones polí-tico-sociales: contaban con gran apoyo por parte del doctor Enrique Vargas Nariño, director del Instituto Nacional de Abastecimientos (INA, antecesor del IDEMA); el minis¬tro de salud era el doctor Alejandro Jiménez Arango y el gobernador de Cundinamarca era el doctor Ignacio Umaña de Brigard. El día 2 de octubre de 1957, los párrocos del sur de Bogotá dirigen una carta a la junta militar, no para describir o denunciar la realidad sino para proponer solu¬ciones y prometer colaboración y es de esta manera que juntos se comprometieron en una acción casi política para llevar bienestar material a sus comunidades, estableciendo en sus parroquias centros de asistencia para prestar servicios mé¬dicos, odontológicos y escolares, lo mismo que para tratar de solucionar otros problemas como la desnutrición, la falta de higiene, el desempleo y muchas otras necesidades.

1958

En 1958 surge la Unión Parroquial del Sur; con personería jurídica y constituida canónicamente el 26 de agosto de 1959. El 7 de mayo de 1959 muere el cardenal Crisanto Luque y doce días después, el papa Juan XXIII nombra como suce¬sor suyo a monseñor Luis Concha Córdoba, arzobispo de Manizales y presidente de la Conferencia Episcopal Colom-biana", quien había sido verdadero, "poder detrás del tro¬no" durante el gobierno de monseñor Perdomo. Por decreto No. 17 del 26 de agosto de 1959, monseñor Concha constituye a la Unión parroquial del sur en persona jurídica eclesiástica y nombra como delegado personal suyo al padre Ernesto Umaña de Brigard. Este hecho no constituye tan sólo una distinción, sino que es una verda¬dera atribución de responsabilidades, cual es la ejecución de la finalidad propia de la Institución, o sea, la acción pas¬toral en conjunto y en comunión con la Jerarquía.

1971

En el año de 1971, el Señor Cardenal Aníbal Muñoz Duque, Arzobispo de Bogotá, crea la Vicaría Episcopal Territorial del Espíritu Santo que comprendía los barrios al sur de la calle 1ª hasta Usme, el municipio anexo de Bosa, los municipios de Soacha y Sibaté y todos los pueblos del oriente cundinamarqués. Su primer Vicario fue el Padre Cándido López Valencia, a quien siguieron, en su orden, los monseñores Víctor López, Enrique Sarmiento Angulo, Fabio Suescún Mutis, Jesús María Rincón Rojas, Fernando Sabogal Vianna y Roberto Ospina Leongómez. Desde ese tiempo, existía en el Señor Cardenal Arzobispo la preocupación de una mejor atención pastoral a los fieles católicos de la Arquidiócesis de Bogotá, a través de una presencia más cercana del Obispo; preocupación que fue creciendo con la idea de dividir territorialmente la Arquidiócesis, creando nuevas diócesis urbanas.

1984

El papa Juan Pablo II, al aceptar el 25 de junio de 1984 la renuncia del cardenal Aníbal Muñoz Duque, trasladó a monseñor Revollo Bravo a la sede primada de Bogotá, de la que tomó posesión canónica el 19 de julio. Fue nombrado cardenal en el consistorio del 28 de junio de 1988 y se le confió el título de San Bartolomé en la Isla, en 1989. Como cardenal, ha fortalecido las vicarías episcopales, catalogó y restauró el patrimonio artístico de la arquidiócesis, prestó toda su colaboración en los procesos de paz y preparó la visita apostólica del papa Juan Pablo ir a Colombia en 1986. Pero uno de los actos más trascendentales del gobierno pastoral del cardenal Revollo fue, sin duda, la convocación y el desarrollo del Sínodo Arquidiocesano de Bogotá. Ahondó en las posibilidades de las nuevas diócesis y preparó el terreno para encaminar a la iglesia de Bogotá en un compromiso pastoral más acorde con las necesidades de los fieles.

1994

El papa juan pablo II nombra arzobispo de Bogotá en 1994, a Monseñor Pedro Rubiano Sáenz, tras el fallecimiento de su antecesor, el cardenal Mario Revollo Bravo, asumiendo el cargo oficialmente el 11 de febrero de 1995.

1999

El 3 de mayo de 1999, el Arzobispo de Bogotá, Señor Cardenal Pedro Rubiano Sáenz establece las nuevas Zonas Pastorales Episcopales. La antigua Vicaría Territorial del Espíritu Santo fue dividida en dos partes, dando lugar a la creación de la Zona Pastoral Episcopal de San Pablo, conformada por el actual territorio de nuestra diócesis y siendo su primer vicario Monseñor Roberto Ospina Leongómez. A partir del 9 de septiembre del año 2000, Monseñor Daniel Caro Borda, Obispo Auxi liar de Bogotá, asume la responsa bilidad pastoral de la Zona Episcopal de San Pablo, con sede en el municipio de Soacha.

2003

Esta Zona Pastoral fue elevada posteriormente, a la categoría de Diócesis por su Santidad Juan Pablo II mediante Bula pontificia Frecuenter Fieri el 6 de agosto de 2003, desmembrando su territorio de la Arq uidiócesis Metropolitana de Bogotá. Creada la Diócesis de Soacha, el Papa Juan Pablo II, ratifica como Obispo Titular de la misma a Monseñor Daniel Caro Borda, cuya posesión oficial se llevó a cabo el 14 de septiembre del año 2003, en presenci a del Nuncio Apostólico de Colombia, su Excelencia Reverendísima Monseñor Beniamino Stella, del Eminentísimo Señor Cardenal Pedro Rubiano Sáenz, Arzobispo de Bogotá, Primado de Colombia, y Presidente de la Conferencia Episcopal, de un selecto número de Arzobispos y Obispos, del Clero de l a Arquidiócesis, de sacerdotes de la nueva Diócesis, seminaristas y un gran número de fieles y representantes de la autoridad civil y militar. Dicho acto litúrgico se celebró en el Temp lo Parroquial Jesucristo Nuestra Paz, elevado por las mismas letras apostólicas al g rado y dignidad de Iglesia Catedral para la nueva Diócesis.

BULA DE ERECCIÓN